Escaneogramas
2013
Fotografía con scaner manual
Estas imágenes revelan la piel humana como una superficie de trabajo, un papel sensible donde se inscriben gestos, texturas y marcas del tiempo. Al suprimir la profundidad y la distancia de la mirada fotográfica tradicional, el escáner convierte el cuerpo en una topografía íntima y cercana. La piel, usualmente pensada como frontera, se despliega aquí como un paisaje extendido, un territorio visual donde cada pliegue adquiere densidad y sentido.
En este proyecto, la piel y el papel se confunden: ambos archivan, revelan, resisten. No hay pose ni artificio, solo una escritura involuntaria que se vuelve relato visual de lo vivido. Lo íntimo no se muestra para ser leído como identidad, sino como materia: sensible, fragmentaria, profundamente humana.
Desde esta mirada, el cuerpo se propone como paisaje expandido, no en su totalidad monumental, sino en fragmentos mínimos: una mejilla, una espalda, una mano. Cada imagen es una pequeña geografía afectiva, una cartografía de la experiencia. Este trabajo, más que una serie de retratos, es una invitación a mirar de cerca, a leer la piel como territorio y como lenguaje silencioso.














