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Equilibrio 

2012

Escultura 

Dos sillas desafiando la gravedad, revelando una condición esencial de las relaciones humanas: su fragilidad. La obra propone una metáfora visual sobre cómo las conexiones entre personas, por más simétricas que parezcan, dependen de un balance constante; Cuando ese equilibrio se pierde, la estructura misma, ya sea emocional, afectiva o social, corre el riesgo de colapsar.

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la forma escultórica sutil pero carga de significado, ha explorado la ausencia, el dolor y la tensión emocional contenida en los objetos cotidianos. Aquí, al igual que las propuestas de Doris Salcedo, lo doméstico se transforma en símbolo de lo humano: una silla no es solo un mueble, sino la representación de la presencia del otro, del encuentro y también del vacío potencial si ese encuentro se rompe.

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En esta escultura, la lógica modular se pone al servicio de una narrativa más íntima, en la que la repetición no implica neutralidad, sino vínculo. Así, la obra se posiciona en un cruce entre la racionalidad estructural del minimalismo y la sensibilidad política y emocional del arte contemporáneo.

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